Mi primera lengua

Publié le 15 nov. 2011 il y a 12A par Anonyme - Fin › 16 nov. 2011 dans 12A
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Sujet du devoir

Durante un breve periodo de mi niñez el euskara o vascuence fue para mí una lengua completamente normal. Carecía de opiniones sobre ella, y su futuro no me preocupaba. Llamaba a mi padre y a mi madre atta y ama, igual que llamaba ebi a la lluvia y eguzki al sol, y a eso se reducía todo, a nombrar personas y cosas con las palabras de siempre. En ese sentido, en nada me distinguía en nada de los niños que en el pasado habían nacido en mi casa, Irazune: también ellos, lo mismo en el siglo XX, que en el XIX o en el XVIII, habían dicho atta, ama, ebi y eguzki cuando querían referirse al padre, a la madre, a la lluvia o al sol. Los demás niños de mi pueblo, Asteasu, y muchos más a lo largo y ancho del País Vasco, se encontraban asimismo en ese caso: todos éramos euskaldunak, es decir, "gente que posee el euskara".

No era, sin embargo, la única lengua que yo sentía a mi alrededor. Algunos de mis compañeros de juego, las hijas y los hijos de los primeros emigrantes andaluces, hablaban en castellano -papá, mamá, lluvia, sol-, y lo mismo hacían el médico del pueblo y los maestros y las maestras; obligatoriamente, éstos últimos, porque uno de los objetivos oficiales de la educación de entonces era, precisamente, el de enseñarnos la segunda lengua. El castellano era, asimismo, lo que sonaba a todo volumen en los enormes aparatos de radio que presidían la taberna principal del pueblo o el taller de las modistas. Al marchar por la calle, llegaban a nuestros oídos suspiros o gritos que decían "¡te amo, Gustavo!" o "¡gol de Puskas!", y con con aquellas expresiones íbamos haciendo oído.

Por otra parte, acudíamos con fecuencia a la iglesia, donde parte de los rezos seguían siendo en latín: "Pater noster..." A pesar de que lo utilizáramos poco, el latín era importante para nosotros, porque, al ser la lengua de una religión que hablaba de lugares lejanos como Galilea y Babilonia, o de las dulces praderas del cielo, nos resultaba misteriosa; más aún cuando la escuchábamos entre sonidos de órgano o con el perfume del incienso. El latín reforzaba por contraste la normalidad de las otras lenguas, sobre todo de la que más utilizábamos, el euskera. De haberme preguntado alguien si mi primera lengua me parecía importante, no habría entendido la pregunta. Habría respondido que sí lo era, en la medida en que hablar y decir cosas es importante.

1) Lee el texto e identifica al narrador. ? De qué tipo de texto se trata ?
2) En cada parrafo, el narrador evoca una lengua diferente: encuéntrala.

Où j'en suis dans mon devoir

J'ai rien commencer. Aider moi SVP ou sinon il vont me faire redoubler et me faire revenir en 3 eme si j'ai pas au moin 10. Donner moi les reponse ou vite fait aider moi. j'ai 2.1 de moyenne general en 2nde GT.



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